2013-09-28

¿Qué, quien, o quienes son los diseñadores? (PARTE I)—Casey Luskin


Mike Gene posteaba recientemente en Telic Thoughts en respuesta al profesor James F. McGrath, quien acusa a los teóricos del diseño inteligente (DI) de ser deshonestos cuando afirman de que el DI no identifica al diseñador. El profesor escribe: “Esto no se trata de una muestra de humildad, sino de estrategia, y nosotros sabemos bien el por qué de esta estrategia: para calzar al DI en las cases de ciencia vía desconexión de la religión”.

Recientemente leía algo parecido de un artículo de una revista de leyes escrito por Barbara Forrest en donde ella afirma junto a Stephen Gey y Matthew Brauer que “un diseñador inteligente es simplemente una forma sutil de referirse a Dios”. El profesor McGrath tal vez no está familiarizado con los escritos y la posición de los proponentes del DI en lo que respecta a este punto. Thomas Woodward explica claramente las razones primordiales del por qué la evidencia biológica del DI no nos permite identificar al diseñador:  

No hay un “Hecho por Yahweh” escrito a un costado del flagelo bacteriano. A fin de descubrir qué o quién es el diseñador, uno debe salirse del campo de estudio de la biología. Los posibles diálogos interdisciplinarios abarcarían a campos como la filosofía, sociología, historia, antropología, y teología. Sin embargo, en sí mismo, el diseño es una inferencia directa a partir de la ciencia; no depende de una premisa religiosa para llegar a sus conclusiones.
 (Thomas Woodward, Darwin Strikes Back: Defending the Science of Intelligent Design, p. 15. Baker Books, 2006)

En otras palabras, la maquinaria flagelar indica por si misma que no emergió de un proceso aleatorio y no guiado como la evolución Darwiniana, sino mas bien a través de un proceso no aleatorio e inteligentemente guiado como el diseño inteligente. Sin embargo, mientras que las estructuras biológicas pueden ser científicamente explicadas via diseño inteligente, estas por sí mismas no tienen ninguna forma o modo de describir si el diseñador es Yahweh, Buda, Yoda, o algún otro tipo de agencia inteligente. Por consiguiente y en contraste con la acusación incorrecta del profesor de que esto se trata de una “estrategia… para calzar al DI en las clases de ciencia,” para el DI el negarse a identificar el diseñador surge de un deseo científico de tomar un enfoque científico, respetar los límites de la ciencia y no traer a la mesa de ciencia discusiones religiosas acerca de cuestiones teológicas. En otras palabras, en base a nuestro conocimiento actual, la ciencia no podría identificar al diseñador. Se trata de una cuestión estrictamente teológica, y por lo tanto la teoría del DI al intentar identificar al diseñador pondría en conflicto de forma inapropiada a la ciencia con la religión.

En efecto, incluso el website anti-DI, TalkOrigins, admite que “un diseñador antropomorfizado no necesita ser una deidad. La religión atea del Raelianismo, por ejemplo, propone que los humanos fueron creados por extraterrestres.” Es uno de los raros ejemplos en los que podemos oír sonar a TalkOrigins algo parecido a las propuestas del DI, pero está en lo correcto (probablemente porque la motivación del autor es proteger al ateísmo a la luz de un diseño natural más que plantear al DI como ciencia que no investiga cuestiones religiosas).

David DeWolf, John West y yo tambien nos explayamos en este punto en nuestro reciente artículo en  Montana Law Review:

Es importante destacar que la negativa de los proponentes del DI de sacar conclusiones científicas en lo que respecta a la naturaleza o identidad del diseñador está sustentada en principios y no mera retórica. Ante todo el DI es una ciencia histórica, lo que quiere decir que se vale de los principios del uniformismo para estudiar las causas actuales y luego aplicarlas al registro histórico en orden de inferir la mejor explicación para el origen del fenómeno natural que está siendo estudiado. El DI comienza con observaciones a partir de una “experiencia sensorial uniforme” acerca de los efectos de la inteligencia en el mundo natural. Como se explica en Pandas, los científicos tienen una experiencia sensorial uniforme con las causas inteligentes (eje. humanos), y de allí que consideran a la inteligencia como una explicativa apropiada dentro de los campos científicos. Sin embargo, lo “sobrenatural” no puede ser observado, y por lo tanto los científicos que aplican el razonamiento uniformista no pueden apelar a un ser sobrenatural. Si la inteligencia responsable del origen de la vida un ente sobrenatural del pasado, la ciencia solo puede inferir la acción de la inteligencia, pero no puede determinar si la inteligencia fue sobrenatural.
 (David K. DeWolf, John G. West, y Casey Luskin, “Intelligent Design Will SurviveKitzmiller v. Dover,” 68 Montana Law Review 7, 30. Primavera, 2007.)

Charles Thaxton abordó este asunto precisamente durante el juicio de Kitzmiller, en donde el explicó: 

No me sentía cómodo con el vocabulario típico que utilizaban la mayoría de los creacionistas debido a que este no expresaba aquello que yo estaba buscando hacer. Ellos intentaban meter a Dios en la discusión, y yo buscaba mantener todo bajo una perspectiva empírica y trabajar legítimamente acorde a ella.

Esto es explicado también en nuestro artículo en Montana Law Review:

El DI no “precisa de una causa sobrenatural”. Como teoría científica el DI no dirige su atención a cuestiones religiosas acerca de la identidad o naturaleza metafísica del diseñador. Esta ha sido la visión de los proponentes del DI durante las últimas dos décadas, y se le presento al Juez Jones una documentación extensiva de este hecho en un amicus curiae por parte del Discovery Institute y el FTE, cuyos textos de opinión fueron al parecer ignorados. El Juez Jones también ignoró —o malinterpreto— pasajes clave del libro Pandas los cuales se referían a esta cuestión. Por ejemplo, en la versión publicada de Pandas que fue usada en las escuelas de Dover, se explicaba que el DI meramente procuraba inferir “causas inteligentes” y que esto es compatible con una amplia variedad de puntos de vista religiosos, incluyendo al panteísmo y al agnosticismo: 
La idea de que la vida proviene de un una fuente inteligente difícilmente sea exclusiva de el fundamentalismo cristiano. Entre los defensores del diseño se encuentran no solo cristianos y otros teístas religiosos, sino panteístas,  filósofos de inclinación griega e iluminista, e incluso ahora a muchos científicos modernos que se describen a sí mismos como religiosamente agnósticos. Además, el concepto de diseño no implica absolutamente a ninguna de las creencias normalmente asociadas con el fundamentalismo cristiano, como el de la tierra joven, el diluvio universal, o incluso la existencia del Dios cristiano. Todo lo que implica el DI es que la vida proviene de una fuente inteligente.
 Uno podría pensar que este pasaje llegaría a ser significativamente relevante para la determinación de la naturaleza religiosa del DI, pero el Juez Jones no citó nada de ello en su fallo. Más bien, cito a otro pasaje de Pandas, fuera de contexto, a fin de insistir en que el DI requiere de una causa sobrenatural: 
Una concesión explicita de que el diseñador inteligente trabaja por fuera de las leyes de la naturaleza y la ciencia, y una referencia directa a la religión puede encontrarse en la declaración retórica de Pandas, “que clase de agente inteligente es [el diseñador]” y la respuesta: “La ciencia no puede contestar esta pregunta; se la debe dejar a la religión y a la filosofía”.
 Pero un examen del pasaje completo del cual el Juez Jones cito una parte, deja en claro cómo fue mal utilizado. El contexto no sugiere ni declara que un diseñador inteligente debe ser sobrenatural, sino más bien de que la ciencia es incapaz de aportar en esta cuestión:
 
Si la ciencia se encuentra sustentada por el marco de la experiencia, entonces la ciencia nos dirá que el mensaje codificado en el ADN debe haberse originado a partir de una causa inteligente. ¿Qué clase de agente inteligente es? La ciencia no puede contestar esta pregunta; se la debe dejar a la religión y a la filosofía. No obstante, esto no evitará que la ciencia reconozca que existen evidencias de una causa inteligente en aquellos lugares en donde las encontremos. En realidad, esto no es diferente a descubrir que la vida es el resultado de causas naturales. Todavía no tenemos conocimiento científico sobre si las causas naturales consistían en lo único que estaba involucrado en el proceso de origen, o si la explicación va más allá de lo natural, aun valiéndose de un fenómeno natural.
 En cierto punto, Pandas incluso parece adoptar al naturalismo metodológico al establecer que “la inteligencia… puede ser reconocida por la experiencia sensorial uniforme, y lo sobrenatural… no”.
 (David K. DeWolf, John G. West, y Casey Luskin, “Intelligent Design Will Survive Kitzmiller v. Dover,” 68 Montana Law Review 7, 28-30. Primavera, 2007.)


                                                      Vea la parte II haciendo click AQUÍ


Autor: Casey Luskin. Es abogado, con estudios de postgrado en ciencia y leyes. Obtuvo su B.S. y M.S. en Ciencias de la Tierra de la Universidad de California en San Diego. Su Licenciatura en Derecho la obtuvo en la misma universidad. Trabaja en el Discovery Institute como Coordinador del Center for Science and Culture. Anteriormente, realizó una investigación geológica en la Scripps Institution for Oceanography (1997-2002).

Traducción: Daniel Alonso. Estudia Licenciatura Ciencias Biológicas en UNT (Universidad Nacional de Tucumán), Argentina. 



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